Nada se destruye, todo se transforma
La Ley de Conservación de la Energía, cuyo principio es que la energía no se crea ni se destruye, solamente se transforma, no se demostró hasta el siglo XVIII. En la práctica , lo que esta ley significa es que en todos los procesos en los que se produce transferencia de energía, ésta se conserva. Por ejemplo, cuando encendemos una bombilla, la mayor parte de la energía eléctrica que consume se transforma en luminosa, pero no toda. Una pequeña parte se transforma en energía calorífica, por eso si tocamos la bombilla observaremos que está caliente.
El calor se disipa
Este calor normalmente se disipa en el aire, de forma que la energía no puede volver a ser aprovechada de manera útil. De hecho, las bombillas llamadas de bajo consumo lo que intentan es precisamente que se disipe menos energía en forma de calor para que se aproveche mejor la energía eléctrica en producir luz, que es la finalidad de la bombilla.
La energía del sol
El sol: la energía inagotable
El sol emite al espacio una cantidad inmensa de energía de manera constante. Es la única fuente de energía externa que tenemos en la tierra, ya que las otras se obtienen de nuestro propio planeta, y es también la más potente e inagotable. Las plantas emplean está energía y la utilizan para fabricar su alimento mediante la fotosíntesis. Las personas la utilizamos de muchas maneras y, para ello, necesitamos captarla y almacenarla.
Los paneles solares son una de las maneras de captar energía solar más empleada y forman ya parte de muchas viviendas. Se trata de superficies construidas con materiales que absorben la energía luminosa del Sol y la convierten en calor.
Cualquier chapa metálica pintada de negro puede servir como un panel solar, ya que el color negro absorbe la mayor cantidad de radiación, pero constantemente se investigan materiales nuevos, capaces de absorben más energía.
Los paneles solares están cubiertos por un vidrio que impide que se escape calor, como en un invernadero. Por debajo de los paneles se situan tubos por los que circula un líquido que se va calentando por efecto del calor.
Este tipo de instalaciones se emplea, por ejemplo, para las calefacciones y el agua caliente en edificios de viviendas.
Además de que son inagotables, las fuentes renovables de energía presentan otras muchas e importantes ventajas frente a las fuentes de energía no renovables: son más seguras y menos contaminantes. Sin embargo, presentan algunos inconvenientes. Por ejemplo, en la actualidad no pueden ser utilizadas de forma masiva ya que los sistemas para almacenar estos tipos de energía todavía no son eficaces y además requieren de infraestructuras complejas.
La energía utilizada por el conjunto de la humanidad en un año solo representa una pequeñísima parte de la energía que la Tierra recibe del Sol o una pequeña porción de la energía mareomotriz, la que generan las mareas. Si pudiéramos aprovecharlas de una forma eficaz los problemas de contaminación y de agotamiento de recursos no existirían.
El sol emite al espacio una cantidad inmensa de energía de manera constante. Es la única fuente de energía externa que tenemos en la tierra, ya que las otras se obtienen de nuestro propio planeta, y es también la más potente e inagotable. Las plantas emplean está energía y la utilizan para fabricar su alimento mediante la fotosíntesis. Las personas la utilizamos de muchas maneras y, para ello, necesitamos captarla y almacenarla.
Los paneles solares son una de las maneras de captar energía solar más empleada y forman ya parte de muchas viviendas. Se trata de superficies construidas con materiales que absorben la energía luminosa del Sol y la convierten en calor.
Cualquier chapa metálica pintada de negro puede servir como un panel solar, ya que el color negro absorbe la mayor cantidad de radiación, pero constantemente se investigan materiales nuevos, capaces de absorben más energía.
Los paneles solares están cubiertos por un vidrio que impide que se escape calor, como en un invernadero. Por debajo de los paneles se situan tubos por los que circula un líquido que se va calentando por efecto del calor.
Este tipo de instalaciones se emplea, por ejemplo, para las calefacciones y el agua caliente en edificios de viviendas.
Energía limpia
Además de que son inagotables, las fuentes renovables de energía presentan otras muchas e importantes ventajas frente a las fuentes de energía no renovables: son más seguras y menos contaminantes. Sin embargo, presentan algunos inconvenientes. Por ejemplo, en la actualidad no pueden ser utilizadas de forma masiva ya que los sistemas para almacenar estos tipos de energía todavía no son eficaces y además requieren de infraestructuras complejas.
La energía utilizada por el conjunto de la humanidad en un año solo representa una pequeñísima parte de la energía que la Tierra recibe del Sol o una pequeña porción de la energía mareomotriz, la que generan las mareas. Si pudiéramos aprovecharlas de una forma eficaz los problemas de contaminación y de agotamiento de recursos no existirían.
• Actividad [1]
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